jueves, 18 de marzo de 2010

PLUSVALIA

Entonces voy sumando y restando entre lo que me falta y me sobra, no debería sobrar…pero sobran trescientas veintidós colillas de cigarro en el cenicero roto, sobran cuatro conchos de whisky en tres vasos y dos tazas sin orejas, sobran tres tangos de resentimientos, doscientas fotos donde te sonrío, dos ficus, una buganvilia y un cactus de cuatro años con tres hijos que no han sido trasplantados y me está sobrando también el insomnio, también la anorexia, también el dolor de espalda. Sobra tu suéter azul, tres oraciones esperando en el buró, nueve cartas suicidas que escribí el último año, sobran las preguntas, la cursilería…sobra el lugar común del corazón roto, del “no te puedo olvidar”, sobran dos cebollas podridas en el refri, un poema de Rilke pegado en la pared del baño, una agenda con personas desaparecidas, sobra rabia, angustia, sobran amantes, antidepresivos, sobra nihilismo, sobra sexo, lenguas, piernas desnudas, sobran sillas vacías junto a mí en el cine, sobra espacio en la cabeza, espacio en la cama, espacio en la mesa, espacio en la tina, espacio en el tiempo…sobra espacio en la memoria del teléfono, limones en el limonero, vestidos de domingo, sonrisas de bienvenida, sobran recuerdos, sobran recuerdos…y hasta sobra la vida…sobra el espacio para la ternura. Hay tantas cosas que sobran, que entre suma y resta…no ha de faltar nada…

3 comentarios:

  1. de repente, cuando tantas cosas están de más, y sobre todo tantas otras están de menos, pareciera ser que lo que sobra es una vida que se ha ido sin terminar de cerrar la puerta, ¿no crees?
    la chucha

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  2. pero faltan las marmotas y los elefantes... también el bosque.

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  3. Tal vez el problema no esté en cerrar puertas o dejarlas abiertas. Sino en reconocer que nuestra alma es como una torre abolida, en la que no solamente se alojan nuestros recuerdos sino también nuestros olvidos...

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