lunes, 25 de enero de 2010

cronica de una noche sin fantasmas

Y así pasó, de repente y sin avisar causa, al animalito le empezó a latir el corazón; un latido retumbante, ruidoso… le empezó a latir el corazón a gran velocidad- incontenible el bombeo-. El pobre animalito pensó en la debilidad de su pequeño órgano cardiaco, y entonces empezó a temer….
Afuera hay cazadores
Hay aterradores sombreros de copa
Hombres con chaquetas purpura.
El animalito encendió la luz para protegerse de la noche
Y volvió a pensar en su condición de víctima…el animalito no era depredador pero podía ser devorado fácilmente por las colmilludas bestias que aguardan tras la ventana.
El corazón del animalito no se detenía…el solo sonido retumbando en el colchón empezó a aterrarlo hasta la desesperación…”ya me ha pasado antes” pensó…pero también sabía que no vendría ninguna marmota, ningún elefante a darle una infusión de manzanilla con gotas de lluvia; que nadie tiene una buena receta de un quitapenas a bastantes kilómetros a la redonda…
NO RECUERDES ESO
Diría el elefante
DORMIR CON CALCETINES DA PESADILLAS
Diría la abuela
Entonces el pobre animal se escondió bajo la cama a esperar que se disiparan las sombras de las 5 de la mañana…no se dio cuenta cuando se quedó dormido, cuando se quito la ropa…
Solo pudo notar en la mañana, cuando la canción del corazón volvió a su real sintonía que un alguien le había apagado la luz…..

martes, 19 de enero de 2010

Por una vez así

Por una vez la alegría
del perro jugando con la nieve
en esta mañana que amaneció blanca

Por una vez la alegría
así sin prenostalgia
sin sombras de antepérdida
sin alertas que avisen de su caducidad

Por una vez así
en el siempreahora
animalmente así
para nosotros también así por una vez
la alegría.
Saiz de Marco

domingo, 17 de enero de 2010

advertencia para sueños dorados...

Se inundó la casa de repente,
Porque abrí los armarios y las ventanas
Y entró agua por todos lados
Y se me mojaron los calcetines
Y se mojaron las almohadas
Las sabanas
Los libros…

Y yo quería contarte que todo iba bien
Que ya no le temía a la oscuridad
Que ya te había olvidado del todo
Que ya no te escribía cartas de amenaza
Que ya no conocía tu nombre
Pero se inundó todo
Como cuando te fuiste lejos
Y me quede sola

Ayer te escribí una carta de despedida
Te conté que te quería como el mes pasado
Y que iba a olvidarte en una semana
Porque empecé a hacerlo desde que te conocí
Pero entonces se azotaron las puertas
Y entró el agua como una pesadilla
Y se mojaron las cartas y los libros
Y la hierba del mate
Y el piso de la cocina
Y ahora esta todo húmedo y arruinado
Y no hay mapa para volver a ninguna parte
Y de nuevo me desespero como si no aprendiera nada
Y de nuevo lucho contra lo oscuro
Hay que cerrarlo todo
Para que nada vuelva a entrar
Que no me inunde de nuevo
Ni la ilusión ni la esperanza.

jueves, 7 de enero de 2010

impares

Tres o cinco no era buena idea, cuestionabas los impares como si fueran anomalías numéricas que deformaban la realidad, y ella tenía algo hermoso cuando contaba tres o cinco, cuando metía los panes calientes en la bolsa del mercado, cuando compraba duraznos en la tiendecita del pueblo mientras tú te atabas el pelo para ponerla de mal humor…comían impares, contaban las monedas, impares también, para hacer las apuestas de las 10 de la noche mientras tomaban un litro y medio de vino y hablaban de las diferencias entre gatos y perros.
Hubo una vez en que vieron volar las gaviotas y los pelicanos desde el puerto y también se bañaron en el mar del pacifico, uno a la vez, impares por decisión y risa.
Hubo otra ocasión en que se aburrieron y después se besaron para no asumir que eso pasa..aunque ella seguía teniendo algo hermoso, sobre todo en la manera en que arreglaba su pelo después de que el viento hacia remolinos y el se metía entre las rocas del mar para asustarla…hubo una ocasión en que ella le grito que volviera porque tenía miedo que el mar se lo llevara, como se lleva a veces las pequeñas maderas que flotan en la orilla, como se lleva los juguetes con que los niños construyen ridículos castillos de arena. Y hubo tantas veces que no dijeron nada, aunque en el pescuezo se atoraba un “no me olvides”, y ella seguía teniendo algo hermoso cuando se le cristalizaba la mirada, como si la saliva de las palabras no dichas se le fuera hasta los ojos, porque las contenía como el puerto contiene las barquitas que quieren huir mar a dentro a buscar tesoros. Y hubo otra vez que se despidieron sin despedirse y se quedaron impares, uno y uno, separados rotundamente por el rigor de la distancia, y ella ya no tenía algo hermoso, solo un rostro que huía mar a dentro a buscar el par que correspondiera a sus ojos…y hubo estaciones y ferrocarriles, aviones y puertos…y ella miro el mar pidiendo el “no me olvides” y el no se dio vuelta para mirar atrás, y ella no pudo comprar sus panes de tres o cinco, y los perros se igualaron a los gatos, y el pacifico cantó su despedida y ella volvió a ser el UNO indivisible…y se quejaron las barquitas y los cerros, y se volvió recuerdo lo que se llamó alegría…y ella ya no tenía algo hermoso, era solo una nube que ese día no nos dejo ver el atardecer en el pacifico.