Y te piensas que andas por ahí rodando, rondando…
Dándole vueltas a tu país por a lado,
Por la tangente
Y te crees que eres portador del futuro
Guardián de las buenas intenciones
Un artista de tu tiempo
-Especial por supuesto-
Protagónico, humilde…
Y te crees rabioso y descreído,
Desheredado y heredero
Contradictorio y renegado…
Y así avanzas saltando charcos
Sorteando inoportunidades
Y terminas aquí, parado, iluso, desarmado…
Y aquí termino, mirando la cordillera, del país que más creo conocer, mientras muerdo una galleta, mientras me limpio la frente-porque hay que lucir el éxito, y en este verano hace mucho calor-mientras me arreglo las ropas de exportación, la ostentación del éxito ficticio, mientras escucho a Queen y me preocupo de la ausencia de amor en mi vida…y me digo ja j aja ja…que preocupación más nimia, más insignificante….mientras me lleno de contradicciones, mientras abrazo mi barrio, mis recuerdos, y les digo que yo soy otra, que tengo otro pelo, otra cara, mientras les subrayo a mis amigos que YO NO VIVO AQUÍ, mientras me escapo a mi recuerdo más cercano: a mi Buenos Aires, a mi México lindo, y me repito que no estoy aquí, que estoy de paso, que me ausento, que de nuevo escapo. Y quiero de nuevo hablar de historias, de absurdas anécdotas..
Hablo entonces de Daniel, quiero a Daniel, me duele el dolor de Daniel…pero también hay mas nombres, hay una Olivia, un Cuahutli, un jerónimo, una Alex…hay la memoria entera de un Nicolás, de un Pablo, de una Laura…de una Emilia, de una Tamara y de una Pamela, hay tantas vidas unidas a mi vida…¡que descaro hacerla insignificante¡ hay tantas nimiedades con que lleno mi memoria, tan inmensas nimiedades que me hacen a mi…y entonces la memoria de mi país me sobre pasa, yo no puedo decir nada, hay mi experiencia, mi madre y mi padre, mi primo…la cárcel, el atentado fallido al dictador…hay tantas cosas para no poder abarcar el mundo, tantas para no poder abracar mi país, tantas para renunciar a abarcar mi vida. Quiero situarme en el lugar mas simple, en ese que a veces me levanto, tomo café, leo un libro que no entiendo, quiero escribir teatro, quiero estar, quiero huir…me confundo, te agredo, te recuerdo, me fascino, me odio, cocino…Tomo ocho vasos de agua, salgo a la calle- tengo miedo- estoy sola, escribo un blog, estoy sola, tengo miedo, estoy sola, tengo miedo, estoy sola, tengo miedo….estoy sola..
martes, 16 de febrero de 2010
martes, 9 de febrero de 2010
DESPUES DE TODO
Después de todo
nos volveremos a encontrar.
El verano tenderá sus manteles en el suelo
para que dispongamos nuestras provisiones
y tú seguirás bella
como la canción El Vino de Mediodía
que el loco tocaba en la leñera.
Después de todo
hay tantas y tantas tierras.
Yo no me impaciento.
tenemos todos los años del mundo para recorrerlas
hasta que de nuevo estemos juntos
y tú me contarás
que una vez me conociste
en un pequeño planeta que yo no recuerdo
un planeta llamado Tierra
y vas a hablarme
de casas visitadas por la luna;
billetes de apuesta a los hipódromos,
nuestras iniciales dibujadas con tiza blanca
en un muro en demolición.
Equivoquémonos todo lo que queramos.
La tierra del desamor no existe
ante el gesto tuyo de mostrar las magnolias
de una plaza de barrio,
tu cabeza en mi hombro,
la clara música nocturna de tu cuerpo.
Un gesto rehace todo:
cuando la casa se incendia
su vida sigue entera
en la hoja chamuscada de un cuaderno,
el alfil sobreviviente del ajedrez.
En otro lugar, lejos de esta tierra y de su tiempo
espero tu rostro
donde se reúnen todos los rostros que he amado,
y comenzaremos a ser otra vez los desconocidos
que hace años se miraban y miraban
sin atreverse a decir que iban a amarse.
JORGE TEILLIER
nos volveremos a encontrar.
El verano tenderá sus manteles en el suelo
para que dispongamos nuestras provisiones
y tú seguirás bella
como la canción El Vino de Mediodía
que el loco tocaba en la leñera.
Después de todo
hay tantas y tantas tierras.
Yo no me impaciento.
tenemos todos los años del mundo para recorrerlas
hasta que de nuevo estemos juntos
y tú me contarás
que una vez me conociste
en un pequeño planeta que yo no recuerdo
un planeta llamado Tierra
y vas a hablarme
de casas visitadas por la luna;
billetes de apuesta a los hipódromos,
nuestras iniciales dibujadas con tiza blanca
en un muro en demolición.
Equivoquémonos todo lo que queramos.
La tierra del desamor no existe
ante el gesto tuyo de mostrar las magnolias
de una plaza de barrio,
tu cabeza en mi hombro,
la clara música nocturna de tu cuerpo.
Un gesto rehace todo:
cuando la casa se incendia
su vida sigue entera
en la hoja chamuscada de un cuaderno,
el alfil sobreviviente del ajedrez.
En otro lugar, lejos de esta tierra y de su tiempo
espero tu rostro
donde se reúnen todos los rostros que he amado,
y comenzaremos a ser otra vez los desconocidos
que hace años se miraban y miraban
sin atreverse a decir que iban a amarse.
JORGE TEILLIER
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